La historia de Dermo-Suavina comienza en 1880, cuando Vicente Calduch Solsona, preocupado por la extrema sequedad en los labios y la nariz de los recolectores de la fruta de la zona, investigó buscando un remedio.

Al fin, en la rebotica de su farmacia, consiguió crear una eficaz pomada que se popularizó rápidamente.

En 1916, tras años de gran acogida, la famosa pomada pasó a llamarse Dermo-Suavina.

Desde que la primera farmacia Calduch abriera sus puertas, Dermo-Suavina ha sido un producto muy ligado a su entorno y la aportación a la comunidad sigue siendo uno de los pilares centrales de nuestra actividad.

 Sonrisas irresistibles con nuestra colección de bálsamos formulados para cuidar e hidratar tus labios.

Las fórmulas tradicionales de Dermo-Suavina, heredadas de generación en generación, también en productos para el cuidado de la piel.